10. Nadie se acercaba al que poco antes pensaba tocar los astros del cielo con la mano. Solamente entonces, torturado por aquellas llagas, comenzó a decaer su soberbia.





“Enquanto tiver medo de ser infiel a Deus, você não será’. Deve-se ter medo quando o medo acaba!” São Padre Pio de Pietrelcina