18. Las naciones se habían enfurecido, pero tu enojo las sorprendió; ha llegado el momento de juzgar a los muertos, de premiar a tus siervos los profetas, a tus santos y a cuantos honran tu Nombre, ya sean grandes o pequeños, y de destruir a los que destruyen la tierra.





“Nossa Senhora está sempre pronta a nos socorrer, mas por acaso o mundo a escuta e se emenda?” São Padre Pio de Pietrelcina