Deuteronomio, 21

8. Perdona, oh Yavé, a tu pueblo de Israel al que rescataste, y no le imputes la sangre inocente derramada en medio de él.»

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Deuteronomio 21 se ocupa de cuestiones legales y sociales relacionadas con crímenes, muerte, matrimonio y herencia. El capítulo comienza con instrucciones sobre cómo lidiar con un asesinato no resuelto, estableciendo un ritual para purificar la tierra y encontrar al culpable. Luego se dan pautas para elegir una esposa de guerra, incluido un período de duelo y la posibilidad de divorcio. El capítulo continúa con las reglas sobre el derecho de nacimiento y la herencia, y termina con el castigo de un hijo desobediente y rebelde.

Levítico 24:17-18: "El que mata a cualquier hombre seguramente será asesinado. Y el que mata a un animal restaurará; pero el que mata a un hombre será asesinado". Este versículo establece la ley de retribución, que se menciona en Deuteronomio 21:1-9. Si ocurriera un asesinato no resuelto, la comunidad debe realizar un ritual para purificar la Tierra y encontrar al culpable, de lo contrario se asignaría a toda la comunidad.

Jueces 21:10-12: "Luego se reunieron contra ese lugar, doce mil hombres de los hijos de Israel, y enviaron a los hombres a verificar el asunto, quien, regresando, trajo la noticia de que ninguna persona en esa ciudad había escapado". Este versículo habla sobre el castigo de una ciudad entera debido al pecado de un individuo, que se menciona en Deuteronomio 21:10-14. Si un prisionero de guerra fuera elegido como esposa, pero su esposo ya no la quería, debería ser liberada, pero no podría ser vendida ni maltratada.

2 reyes 9:26: "Ves aquí la sangre de Nabot y la sangre de tus hijos, dice el Señor; te pagaré en este mismo pedazo de tierra, dice el Señor. Ahora, entonces, tómalo y lo tiraré Ese campo, según la Palabra del Señor ". Este versículo habla sobre el castigo de un asesino, que se menciona en Deuteronomio 21:1-9. Si ocurriera un asesinato no resuelto, la comunidad debe realizar un ritual para purificar la Tierra y encontrar al culpable, de lo contrario se asignaría a toda la comunidad.

Proverbios 13:24: "Lo que no hace uso del palo odia a su hijo, pero lo que ama, lo disciplina desde el principio". Este versículo habla sobre el castigo de un hijo desobediente y rebelde, que se menciona en Deuteronomio 21:18-21. Si un hijo fuera desobediente y rebelde, sus padres deberían llevarlo a los líderes de la ciudad para castigarlo.