23. Pusieron sus tumbas en el fondo de la morada de los muertos y todo ese ejército rodea la tumba de Asur. Los que sembraban el terror por la tierra de los vivos fueron todos masacrados a espada.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina