Ezequiel, 5
11. Lo juro por mi vida, dice Yavé, puesto que tú ensuciaste mi santuario con todas tus inmundicias y horrores, yo, por mi parte, te arrasaré, no te miraré con piedad, seré sin misericordia.
11. Lo juro por mi vida, dice Yavé, puesto que tú ensuciaste mi santuario con todas tus inmundicias y horrores, yo, por mi parte, te arrasaré, no te miraré con piedad, seré sin misericordia.
“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina