11. Había allí setenta hombres, cada uno con su incensario en la mano, y el humo del incienso se elevaba. Eran los ancianos de Israel y entre ellos reconocí a Jeconías, hijo de Safán.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina