38. Jefté le dijo: «Vete, pues.» Y la despidió por dos meses. Ella se fue a los cerros con sus compañeras para llorar su adolescencia perdida.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina