19. En pie, clama en la noche, cuando comienza la ronda; derrama como agua tu corazón ante el rostro del Señor, alza tus manos hacia él por la vida de tus hijitos que desfallecen de hambre en la esquina de todas las calles.





“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina