Salmos, 132

10. Por amor a David, tu servidor, no apartes la cara de tu ungido.

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El Salmo 132 es una oración por el favor Divino sobre el Rey David y su dinastía, pidiéndole a Dios que cumpla sus promesas y establezca su trono para siempre en Jerusalén. Los temas cubiertos incluyen la fidelidad de Dios a sus promesas, el papel del rey como líder y protector del pueblo, y la importancia del templo en Jerusalén como lugar de culto. A continuación hay cinco versos relacionados con estos temas:

2 Samuel 7:16: "Y tu casa y tu reino serán firmes para siempre antes que tú; tu trono se establecerá para siempre". Esta es la promesa de Dios a David que su dinastía se establecería para siempre.

Salmo 2:6: "Yo fui quien consagró a mi rey en Zion, mi santidad". Este verso habla sobre la instalación del rey elegido por Dios en su trono en Jerusalén.

2 Crónicas 6:41: "Ahora, entonces, atraparte, Señor Dios, a tu lugar de descanso, tú y el arca de tu poder; sé tus sacerdotes, oh Señor Dios, vestidos de salvación y tus santos vestidos con el bien " Este versículo habla sobre la importancia del templo en Jerusalén como un lugar de adoración e invoca la presencia de Dios allí.

Salmo 72:4: "Que le haga justicia a los pobres de las personas, salve a los hijos de los necesitados y aplasta al opresor". Este versículo describe el papel del rey como líder y protector de la gente.

Salmo 89:34: "No violaré mi pacto ni siquiera cambiaré lo que salió de mis labios". Este versículo enfatiza la fidelidad de Dios para cumplir sus promesas y mantener su pacto con el pueblo.