Sirácides (Eclesiástico), 16
29. Después de eso, el Señor miró hacia abajo, a la tierra, y la colmó de sus riquezas.
29. Después de eso, el Señor miró hacia abajo, a la tierra, y la colmó de sus riquezas.
“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina