Talált 191 Eredmények: Altares de Incienso

  • Después de que regresó Amasías de su victoria sobre los edomitas, introdujo los dioses del pueblo de Seir, y los escogió para que fueran dioses suyos y postrándose ante ellos les quemó incienso. (2 Crónicas 25, 14)

  • Pero una vez fortalecido en su poder, se puso muy orgulloso hasta corromperse; desobedeció a Yavé, su Dios, entrando en el templo de Yavé para quemar incienso sobre el altar del incienso. (2 Crónicas 26, 16)

  • que se opusieron al rey Ozías y le dijeron: «No te corresponde a ti, Ozías, quemar incienso a Yavé, sino a los sacerdotes, los hijos de Aarón que han sido consagrados para quemar el incienso. Sal del santuario, porque estás renegando, lo que no te merecerá honor ante Yavé tu Dios.» (2 Crónicas 26, 18)

  • Entonces Ozías, que tenía en la mano un incensario para ofrecer incienso, se enfureció y mientras que se enojaba contra los sacerdotes brotó la lepra en su frente, a vista de los sacerdotes, en la Casa de Yavé, junto al altar del incienso. (2 Crónicas 26, 19)

  • Además quemó incienso en el valle de Ben-Hinom y sacrificó sus hijos por el fuego, imitando las costumbres abominables de los paganos a los que Yavé quitó el país para dárselo a Israel. (2 Crónicas 28, 3)

  • Ofrecía sacrificios y quemaba incienso en los santuarios altos, sobre las lomas y bajo todo árbol frondoso. (2 Crónicas 28, 4)

  • Ajaz juntó algunos de los utensilios de la Casa de Dios y los hizo añicos, luego cerró las puertas de la Casa de Yavé y fabricó altares en todas las esquinas de Jerusalén. (2 Crónicas 28, 24)

  • Hizo santuarios altos en cada una de las ciudades de Judá para quemar incienso a otros dioses, provocando así la ira de Yavé, el Dios de sus padres. (2 Crónicas 28, 25)

  • Hasta llegaron a cerrar las puertas del vestíbulo, apagaron las lámparas y no quemaron más incienso, ni ofrecieron holocaustos al Dios de Israel en el santuario. (2 Crónicas 29, 7)

  • Hijos míos, no sean ya descuidados, porque Yavé los ha elegido a ustedes para que le sirvan en su ministerio, para ser sus ministros y para quemarle incienso.» (2 Crónicas 29, 11)

  • Se levantaron y quitaron los altares que había en Jerusalén, quitaron también todos los altares en que se quemaba incienso y los arrojaron al torrente Cedrón. (2 Crónicas 30, 14)

  • Terminado todo esto, salieron todos los israelitas que se encontraban presentes a recorrer las ciudades de Judá y rompieron las piedras paradas, abatieron los troncos sagrados y derribaron los santuarios de lomas y los altares en todo Judá y Benjamín, y también en Efraím y Manasés, hasta acabar con ellos. Después volvieron todos los hijos de Israel, cada cual a su propiedad, a sus ciudades. (2 Crónicas 31, 1)


“Para que se preocupar com o caminho pelo qual Jesus quer que você chegue à pátria celeste – pelo deserto ou pelo campo – quando tanto por um como por outro se chegará da mesma forma à beatitude eterna?” São Padre Pio de Pietrelcina