Talált 11 Eredmények: Asesinato

  • Muy a menudo, aquellos que ejercen el poder se han hecho cómplices del asesinato de inocentes y se han visto arrastrados a desgracias irreparables por haber confiado a sus amigos la administración de los asuntos públicos y haberse dejado influenciar por ellos, (Ester 16, 5)

  • Entonces se acordaron del asesinato de su hermano Juan y subieron a esconderse en el cerro. (1 Macabeos 9, 38)

  • Por este motivo, no sólo los judíos sino también gente de otra nacionalidad se indignaron y se apenaron por el injusto asesinato de aquel hombre. (2 Macabeos 4, 35)

  • Cuando el rey volvió de las regiones de Celesiria, los judíos de Jerusalén, junto con los griegos que eran partidarios de la justicia, fueron a verlo para quejarse por el asesinato de Onías. (2 Macabeos 4, 36)

  • Se enojó con Andrónico y le quitó inmediatamente su cargo. Luego ordenó que le rasgaran las ropas y lo condujeran, atravesando toda la ciudad, hasta el lugar donde había cometido el asesinato de Onías, y allí mismo ordenó que le echaran fuera de este mundo, dándole así Dios la pena merecida. (2 Macabeos 4, 38)

  • el asesinato sin piedad de niñitos, los banquetes sanguinarios en que comían la carne humana con la sangre y las entrañas, mientras celebraban sus cultos secretos. (Sabiduría 12, 5)

  • Dos días después del asesinato de Godolías, del cual nadie estaba enterado todavía, (Jeremías 41, 4)

  • Sólo hay juramentos en falso y mentiras, asesinato y robo, adulterio y violencia, crímenes y más crímenes. (Oseas 4, 2)

  • Había uno, llamado Barrabás, que había sido encarcelado con otros revoltosos por haber cometido un asesinato en un motín. (Evangelio según San Marcos 15, 7)

  • Este Barrabás había sido encarcelado por algunos disturbios y un asesinato en la ciudad. (Evangelio según San Lucas 23, 19)

  • Saulo estaba allí y aprobaba el asesinato. Este fue el comienzo de una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén. Todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaría. (Hecho de los Apóstoles 8, 1)


“Deus não opera prodígios onde não há fé.” São Padre Pio de Pietrelcina