Talált 1067 Eredmények: David y Saúl
Allí haré brotar un cuerno para David, allí pondré una lámpara para mi ungido. (Salmos 132, 17)
a ti que das a los reyes la victoria, que salvas a David, tu servidor de la espada que mata (Salmos 144, 10)
Construyeron de nuevo la ciudad de David con un muro alto y fuerte, protegido por torres poderosas, y pasó a ser la Fortaleza de ellos. (1 Macabeos 1, 33)
Los funcionarios del Rey y la gobernación de la ciudad de David en Jerusalén, recibieron la información de que unos hombres habían desobedecido la orden del rey y habían ido a esconderse en cavernas del desierto. (1 Macabeos 2, 31)
A David, por su piedad, le fue concedido el trono de un reino que no tendrá fin. (1 Macabeos 2, 57)
A la vista de un ejército tan poderoso, rezó así: «Bendito seas, Salvador de Israel, que quebraste la fuerza del guerrero por mano de tu siervo David (1 Macabeos 4, 30)
y entregaste el campamento de los filisteos en poder de Jonatán, hijo de Saúl, y del que llevaba sus armas. Del mismo modo entrega ese ejército en manos de tu pueblo Israel y cubre de vergüenza a sus combatientes como a su caballería. (1 Macabeos 4, 31)
De los de Nicanor cayeron cerca de quinientos hombres y el resto huyó hacia la ciudad de David. (1 Macabeos 7, 32)
En su tiempo, los judíos consiguieron arrojar a los paganos de la provincia, especialmente a los de la ciudad de David, Jerusalén, donde habían construido una fortaleza de la que salían para profanar los límites del templo, causando graves ofensas a su santidad. (1 Macabeos 14, 36)
Este hecho se leía también en los archivos y en las Memorias del tiempo de Nehemías. Ahí contaban que Nehemías inició una biblioteca y reunió los libros referentes a los reyes y a los profetas, los de David y las cartas de los reyes relativas a las ofrendas. (2 Macabeos 2, 13)
Estos son Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel, (Proverbios 1, 1)
Palabras de Qohelet, hijo de David, rey de Jerusalén. (Eclesiastés (Qohelet) 1, 1)