Talált 216 Eredmények: Diciendo
Apenas llegó Judas, se acercó a Jesús diciendo: «¡Maestro, Maestro!» y lo besó. (Evangelio según San Marcos 14, 45)
Uno de ellos corrió a mojar una esponja en vinagre, la puso en la punta de una caña y le ofreció de beber, diciendo: «Veamos si viene Elías a bajarlo.» (Evangelio según San Marcos 15, 36)
Al ver esto, Simón Pedro se arrodilló ante Jesús, diciendo: «Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador.» (Evangelio según San Lucas 5, 8)
Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Lo quiero, queda limpio.» (Evangelio según San Lucas 5, 13)
Todos quedaron atónitos y alababan a Dios diciendo: «Hoy hemos visto cosas increíbles. » Pues todos estaban sobrecogidos de un santo temor. (Evangelio según San Lucas 5, 26)
Un santo temor se apoderó de todos y alababan a Dios, diciendo: «Es un gran profeta el que nos ha llegado. Dios ha visitado a su pueblo.» (Evangelio según San Lucas 7, 16)
Al entrar en cualquier casa, bendíganla antes diciendo: La paz sea en esta casa. (Evangelio según San Lucas 10, 5)
Los setenta y dos discípulos volvieron muy contentos, diciendo: «Señor, hasta los demonios nos obedecen al invocar tu nombre.» (Evangelio según San Lucas 10, 17)
Jesús continuó diciendo: «¿A qué puedo comparar el Reino de Dios? ¿Con qué ejemplo podría ilustrarlo? (Evangelio según San Lucas 13, 18)
diciendo: ¡Ese hombre comenzó a edificar y no fue capaz de terminar! (Evangelio según San Lucas 14, 30)
Mientras tanto el publicano se quedaba atrás y no se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: «Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador.» (Evangelio según San Lucas 18, 13)
Jesús pidió que se los trajeran, diciendo: «Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. (Evangelio según San Lucas 18, 16)