Talált 106 Eredmények: Doy
«Ha muerto mi servidor Moisés; así que llegó para ti la hora de atravesar el río Jordán, y todo el pueblo pasará contigo a la tierra que yo doy a los hijos de Israel. (Josué 1, 2)
Yo les doy todos los lugares donde pongan sus pies, como se lo prometí a Moisés. (Josué 1, 3)
Su madre respondió: «¡Que mi hijo sea bendito de Yavé!» Y él le devolvió los mil cien siclos de plata. Pero su madre le dijo: «Yo quería consagrar este dinero a Yavé y dárselo de mi propia mano, para que, con este dinero, mi hijo se hiciera una estatua con una cubierta de metal. Así que te doy esta plata.» (Jueces 17, 3)
Después el rey llamó a Sibá, servidor de Saúl, y le dijo: «Todo lo que pertenecía a Saúl y a su familia se lo doy al hijo de tu señor. (2 Samuel 9, 9)
¿Acaso no me doy cuenta que hoy vuelvo a ser rey de Israel?» Y dijo a Semeí: «No morirás.» Y el rey se lo juró. (2 Samuel 19, 24)
Todo se lo doy al rey. ¡Ojalá Yavé, tu Dios, te escuche!» El rey, sin embargo, le contestó: «Gracias, Areuna. (2 Samuel 24, 23)
Por eso te concedo lo que pides; te doy sabiduría e inteligencia como nadie la tuvo antes de ti ni la tendrá después. (1 Reyes 3, 12)
Además te doy lo que no has pedido, riquezas y gloria tales que mientras vivas no habrá rey alguno como tú. (1 Reyes 3, 13)
Pues bien, haz una apuesta con mi señor, el rey de Asur. Yo te doy dos mil caballos, si puedes encontrar a dos mil jinetes para montarlos. (2 Reyes 18, 23)
«Vuelve y dile a Ezequías, jefe de mi pueblo: Esto dice Yavé, Dios de tu padre David: He oído tu súplica y he visto tus lágrimas; te doy la salud. En tres días más, subirás a la Casa de Yavé. (2 Reyes 20, 5)
Ornán respondió a David: «Tómalo; que mi señor, el rey, haga lo que mejor le parezca; doy también los bueyes para los holocaustos, los trillos para la leña y el trigo para la ofrenda; todo lo doy.» (1 Crónicas 21, 23)
Fuera de esto, en mi amor por la Casa de mi Dios, doy a la casa de mi Dios el oro y la plata que tengo, además de todo lo que tengo preparado para la Casa del Santuario: (1 Crónicas 29, 3)