Talált 88 Eredmények: Entregado
Dijo Lía: «Dios me ha premiado por haber entregado mi sierva a mi marido.» Le puso por nombre Isacar. (Génesis 30, 18)
Yavé me dijo: No le tengas miedo porque yo lo he entregado en tus manos con toda su gente y con su misma tierra, para que hagas con él lo mismo que hiciste con Sijón, el rey amorreo que habitaba en Jesbón . (Deuteronomio 3, 2)
pero las mujeres y niños, el ganado y las demás cosas que en ella encuentres, serán tu botín y comerás de los despojos de tus enemigos que Yavé te haya entregado. (Deuteronomio 20, 14)
Así, pues, cuando les haya entregado estas naciones ustedes harán lo mismo, según les tengo mandado. (Deuteronomio 31, 5)
Un solo enemigo persigue a mil de ellos y dos ponen en fuga a diez mil, ¿no será porque su Roca los ha vendido, porque Yavé los ha entregado? (Deuteronomio 32, 30)
«Sé que Yavé, el Dios de ustedes, les ha entregado este país; estamos asustados y los habitantes del país tiemblan ante ustedes. (Josué 2, 9)
A la séptima vez, mientras los sacerdotes tocaban las trompetas, Josué ordenó al pueblo: «Den su grito de guerra, porque Yavé les ha entregado la ciudad. (Josué 6, 16)
Esta ciudad y todo lo que hay en ella será entregado en anatema a Yavé. Sólo Rahab la prostituta quedará viva con todos los que estén con ella en su casa, ya que ocultó a los exploradores que habíamos enviado. (Josué 6, 17)
Entonces Yavé dijo a Josué: «Tiende hacia Hay la lanza que tienes en tu mano, porque yo te he entregado esta ciudad.» (Josué 8, 18)
Si ustedes rompen la alianza que Yavé, nuestro Dios, les ha prescrito; si siguen y sirven a dioses ajenos; si se inclinan ante ellos, el furor de Yavé se levantará contra ustedes y desaparecerán pronto de esta tierra fértil que les ha entregado.» (Josué 23, 16)
Así, pues, Yavé dejó subsistir esas naciones y no les quitó tan pronto el territorio; por eso no los había entregado en manos de Josué. (Jueces 2, 23)
«Síganme, porque Yavé ha entregado a la gente de Moab, nuestro enemigo, en manos de ustedes.» Bajaron con él, cortaron los pasos del Jordán hacia Moab y no dejaron pasar a nadie. (Jueces 3, 28)