Talált 2008 Eredmények: Eva
Cada vez que entraban en celo las ovejas más robustas, Jacob volvía a poner en las pilas y abrevaderos las varas, a la vista de las ovejas, para que se aparearan ante ellas. (Génesis 30, 41)
Yo soy el Dios de Betel, en donde derramaste aceite sobre una piedra y me hiciste un juramento. Ahora, levántate y vuélvete a la tierra en que naciste"» (Génesis 31, 13)
Se levantó Jacob e hizo montar en camellos a sus mujeres e hijos. (Génesis 31, 17)
Labán alcanzó a Jacob. Como éste ya había levantado sus tiendas en el cerro de Mispa, Labán instalo las suyas en el de Galaad. (Génesis 31, 25)
Labán dijo a Jacob: «¿Qué me has hecho? Me has engañado, y te has llevado a mis hijas como si fueran prisioneras de guerra. (Génesis 31, 26)
Pero eso sí, al que descubras que tiene en su poder tus dioses, ése morirá. En presencia de nuestros hermanos, revisa todo lo que yo tengo, y si reconoces algo tuyo, llévatelo.» Pero Jacob ignoraba que Raquel había robado los ídolos. (Génesis 31, 32)
Labán añadió dirigiéndose a Jacob: «Mira este montón y esta piedra que he levantado entre nosotros dos: (Génesis 31, 51)
Labán se levantó muy temprano, besó a sus hijos y a sus hijas, los bendijo y se fue. Así volvió Labán a su lugar. (Génesis 32, 1)
Aquella misma noche Jacob se levantó, tomó a sus dos esposas, a sus dos sirvientas y a sus once hijos, y los hizo cruzar el vado de Yaboc. (Génesis 32, 23)
Levantó después la vista, y al ver a las mujeres y a sus hijos preguntó: «¿Qué tienen que ver todos estos contigo?» Jacob le respondió: «Son los hijos que Dios ha dado a tu siervo.» (Génesis 33, 5)
Quédense a vivir con nosotros, pues todo el territorio está a disposición de ustedes; habiten en él, muévanse libremente y adquieran propiedades en ella.» (Génesis 34, 10)
Les dijeron: «Estos hombres son gente pacífica. Dejemos que se establezcan aquí y se muevan libremente por nuestra tierra. Nuestro país es extenso, y hay mucho lugar para ellos. Nosotros nos casaremos con sus hijas y les daremos las nuestras como esposas a ellos, (Génesis 34, 21)