Talált 207 Eredmények: Incienso Sagrado

  • sólo que no desaparecieron los santuarios de las lomas, donde el pueblo siguió ofreciendo sacrificios y quemando incienso. El construyó la puerta alta de la Casa de Yavé. (2 Reyes 15, 35)

  • Allí quemaron incienso en sus santuarios de las lomas como las naciones que Yavé había echado delante de ellos. Cometieron maldades, provocando a Yavé. (2 Reyes 17, 11)

  • Levantó altares al dios Baal e hizo un tronco sagrado semejante al que había hecho Ajab, rey de Israel. Se arrodilló ante todas las estrellas del cielo y las adoró. Construyó altares en los patios de la Casa de Yavé, de la cual éste había dicho: «En Jerusalén pondré mi Nombre.» (2 Reyes 21, 4)

  • Incluso colocó el tronco sagrado de la diosa Aserá en la Casa de Yavé, a pesar de que Yavé había dicho a David y a Salomón, su hijo: «En esta Casa mía, en Jerusalén, que elegí de entre todas las tribus de Israel, pondré mi Nombre para siempre. (2 Reyes 21, 7)

  • porque ellos me han abandonado y han quemado incienso en honor de otros dioses. Por todo lo que han hecho, estoy enojado contra este lugar, y el fuego de mi cólera no se apagará. (2 Reyes 22, 17)

  • Los reyes de Judá habían establecido sacerdotes paganos que ofrecían sacrificios en los santuarios de las lomas, en varias ciudades de Judá y alrededor de Jerusalén. Josías los suprimió, así como a los que ofrecían incienso a Baal, al sol, a la luna, a los astros y a todo el ejército del cielo. (2 Reyes 23, 5)

  • El tronco sagrado que estaba en la Casa de Yavé fue sacado de Jerusalén y llevado al torrente del Cedrón, donde fue quemado y sus cenizas echadas en la fosa común. (2 Reyes 23, 6)

  • Estaba también el santuario de Betel, con el altar que Jeroboam, rey de Israel, había hecho. En este lugar el pueblo de Israel había mantenido un culto prohibido por Yavé. El rey lo derribó. Incendió el santuario y quemó el tronco sagrado. (2 Reyes 23, 15)

  • Otros estaban encargados de los utensilios y de todos los instrumentos del Santuario, de la flor de harina, el vino, el aceite, el incienso y los aromas. (1 Crónicas 9, 29)

  • Aarón fue separado juntamente con sus hijos para consagrar por siempre las cosas muy sagradas, para quemar incienso ante Yavé, para servirlo y para bendecir en su nombre por siempre. (1 Crónicas 23, 13)

  • oro puro para los tenedores, los acetres y los jarros; y asimismo lo correspondiente para las copas de oro, según el peso de cada copa y para las copas de plata, según el peso de cada copa; para el altar del incienso, oro acrisolado según el peso. (1 Crónicas 28, 17)

  • Te hago saber que voy a edificar una Casa al nombre de Yavé, mi Dios, para consagrársela, para quemar ante él incienso aromático, para la ofrenda perpetua de los panes presentados, y para los holocaustos de la mañana y de la tarde, de los sábados, lunas nuevas, solemnidades de Yavé, nuestro Dios, como se hace siempre en Israel. (2 Crónicas 2, 3)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina