Talált 329 Eredmények: Jur
Pero no, pues Yavé jura, por su Tierra Santa, que jamás ha de olvidar lo que ustedes hacen. (Amós 8, 7)
Aquel día desfallecerán de sed las jóvenes hermosas y los jóvenes valientes, los que juraban por el Idolo de Samaria, (Amós 8, 13)
Concede a Jacob tu fidelidad, a Abraham tu misericordia, como lo juraste a nuestros padres desde los días antiguos. (Miqueas 7, 20)
Echaré fuera además a los que se arrodillan en las terrazas para adorar las estrellas; a los que si bien adoran a Yavé, juran al mismo tiempo por Yavé y por Moloc; (Sofonías 1, 5)
He oído las injurias de Moab y las burlas de los amonitas, que insultaron a mi pueblo y se agrandaron a costa de mi territorio. (Sofonías 2, 8)
Por esto, lo juro por mi vida, dice Yavé de los Ejércitos, Dios de Israel, Moab quedará igual que Sodoma, y Amón, como Gomorra. La tierra será abandona a las ortigas, con canteras de sal, y será un desierto para siempre. Los que queden de mi pueblo se apoderarán de ellos; los sobrevivientes de mi nación los recibirán en herencia. (Sofonías 2, 9)
«Allí va escrita la Maldición que se extenderá por toda esta región. Según ella todos los ladrones serán echados fuera de aquí y lo mismo les ocurrirá a todos los que juran en falso. Por ahora, dice Yavé, la dejo salir de mi boca para que entre en la casa del ladrón y en la del que jura, se instale en esa casa y la demuela con sus paredes y techo.» (Zacarías 5, 4)
no anden pensando cómo perjudicar a otro; no sean amigos de jurar en falso. Porque éstas son las cosas que aborrezco, dice Yavé.» (Zacarías 8, 17)
Cuando venga a ustedes para hacer justicia, exigiré un castigo inmediato para los hechiceros y los adúlteros, para los que hacen falsos juramentos, para los que abusan del asalariado, de la viuda y del huérfano, para los que no respetan los derechos del extranjero. (Malaquías 3, 5)
Ustedes han oído lo que se dijo a sus antepasados: «No jurarás en falso, y cumplirás lo que has jurado al Señor.» (Evangelio según San Mateo 5, 33)
Pero yo les digo: ¡No juren! No juren por el cielo, porque es el trono de Dios; (Evangelio según San Mateo 5, 34)
Tampoco jures por tu propia cabeza, pues no puedes hacer blanco o negro ni uno solo de tus cabellos. (Evangelio según San Mateo 5, 36)