Talált 669 Eredmények: Manos

  • Desencadenaré mi cólera contra ti, el fuego de mi furor te alcanzará; te entregaré en manos de hombres bárbaros que lo único que saben es destruir. (Ezequiel 21, 36)

  • Por eso la entregué en manos de sus amantes, en manos de los Asirios por quienes ardía en amor. (Ezequiel 23, 9)

  • Sí, Jerusalén, volviste a la degradación de tu juventud, cuando los Egipcios acariciaban tu pecho y pasaban sus manos por tus senos. (Ezequiel 23, 21)

  • Esto dice Yavé: Te entregaré en manos de los que tú odias, en manos de aquellos a los que tu corazón ya no quiere. (Ezequiel 23, 28)

  • Han sido adúlteras, sus manos están llenas de sangre, cometieron adulterio con sus innumerables ídolos, hicieron pasar por el fuego a los hijos que me habían dado a luz. (Ezequiel 23, 37)

  • Se oía el ruido como de una muchedumbre enfiestada a la que se habían juntado hombres venidos del desierto; estos colocaban brazaletes en las manos de las mujeres y espléndidas coronas en sus cabezas. (Ezequiel 23, 42)

  • Actuaron con justicia los que les aplicaron la sentencia que conviene a las mujeres adúlteras, la condenación reservada a las que derraman sangre. ¡Porque realmente son adúlteras y tienen sangre en sus manos! (Ezequiel 23, 45)

  • Pues bien, por eso, te voy a entregar en manos de los hijos de Oriente; vendrán a acampar en tu tierra, en ella instalarán sus tiendas, comerán tus frutos y tomarán tu leche. (Ezequiel 25, 4)

  • ¿Acaso dirás: "Yo soy Dios" cuando vengan a matarte? En manos del matador serás hombre y no Dios. (Ezequiel 28, 9)

  • Sufrirás la muerte de los paganos, y por manos de extranjeros, yo lo digo -palabra de Yavé." (Ezequiel 28, 10)

  • cuando mi pueblo se te acercó, te quebraste en sus manos y lo heriste hasta en la espalda; cuando se apoyaron en ti, te doblaste e hiciste que perdieran el equilibrio. (Ezequiel 29, 7)

  • Por eso, esto dice Yavé: Entregaré Egipto en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia: cautivará a su pueblo, lo saqueará y repartirá los despojos, con eso sus tropas quedarán recompensadas (Ezequiel 29, 19)


“A prática das bem-aventuranças não requer atos de heroísmo, mas a aceitação simples e humilde das várias provações pelas quais a pessoa passa.” São Padre Pio de Pietrelcina