Talált 66 Eredmények: Nacido

  • Entonces le llegó una palabra de Yavé: «Tu heredero no será Eliezer, sino un hijo tuyo, nacido de tu propia carne y sangre.» (Génesis 15, 4)

  • En adelante y para siempre, todo varón entre ustedes deberá ser circuncidado a los ocho días después de su nacimiento, tanto el nacido en tu casa, como el extranjero que haya sido comprado como esclavo. (Génesis 17, 12)

  • Sea que hayan nacido en tu casa, o hayan sido comprados como esclavos, deberán ser circuncidados. Esta alianza mía grabada en la carne de ustedes es una alianza perpetua. (Génesis 17, 13)

  • Israel quería a José más que a sus otros hijos, pues le había nacido en su ancianidad; incluso le había hecho una túnica con mangas. (Génesis 37, 3)

  • Desde ahora, pues, los dos hijos que te han nacido en Egipto antes de llegar yo a este país, serán míos. Efraím y Manasés serán hijos míos, al igual que Rubén y Simeón son hijos míos, (Génesis 48, 5)

  • Entonces Faraón dio esta orden a todo el pueblo: «Echen al río a todo niño nacido de los hebreos, pero a las niñas déjenlas con vida.» (Exodo 1, 22)

  • Ustedes escogerán un corderito sin defecto, macho, nacido en el año. En lugar de un cordero podrán tomar también un cabrito. (Exodo 12, 5)

  • consagrarás a Yavé todos los primogénitos. Todo primer nacido de tus ganados, si es macho, pertenece a Yavé. (Exodo 13, 12)

  • Todo primer nacido de burro ha de ser cambiado por un cordero; si no, lo matarás. Tratándose de personas, todo hijo primogénito será rescatado. (Exodo 13, 13)

  • y como Faraón porfiaba en no dejarnos salir, Yavé mató a todos los primogénitos de Egipto, tanto de hombres como de animales. Por esta razón sacrifico a Yavé todo primogénito macho, y rescato al primer nacido de mis hijos. (Exodo 13, 15)

  • Todo primogénito es mío: todo primer nacido de tus ovejas y de tus vacas que sea macho. (Exodo 34, 19)

  • Pero si un sacerdote adquiere un esclavo comprándolo, éste podrá comer de las cosas sagradas y también los que han nacido en su casa comerán de su alimento. (Levítico 22, 11)


“Cada Missa lhe obtém um grau mais alto de gloria no Céu!” São Padre Pio de Pietrelcina