Talált 55 Eredmények: Normas

  • ¿Y qué nación hay tan grande que tenga normas y mandamientos tan justos como esta ley que yo te entrego hoy? (Deuteronomio 4, 8)

  • En aquel día a mí me ordenó enseñarles las normas y los mandamientos que ustedes pondrán en práctica en la tierra donde van a entrar y que pasará a ser suya. (Deuteronomio 4, 14)

  • Moisés convocó a todo Israel y le dijo: «Escucha, Israel, las normas y los mandamientos que te enseño en este día; ustedes los aprenderán y cuidarán de ponerlos en práctica. (Deuteronomio 5, 1)

  • Estos son los preceptos, las normas y los mandamientos que Yavé, Dios de ustedes, me mandó, para que yo se los enseñe y ustedes los cumplan en la tierra que va a ser de ustedes. (Deuteronomio 6, 1)

  • Temerás a Yavé, tu Dios, y guardarás todos los días de tu vida sus mandamientos y sus normas que te enseño hoy. Que los guarden tus hijos y los hijos de tus hijos, para que vivan largos años. (Deuteronomio 6, 2)

  • Más bien hagan empeño en guardar los preceptos, los mandamientos y las normas que les he mandado. (Deuteronomio 6, 17)

  • Tal vez un día tu hijo te pregunte: ¿Qué son estos preceptos, mandamientos y normas que Yavé, nuestro Dios, les ha ordenado? (Deuteronomio 6, 20)

  • Guarda, pues, los mandamientos, normas y ordenanzas que yo te mando hoy poner en práctica. (Deuteronomio 7, 11)

  • Si te fijas en estas normas, las guardas y las practicas, Yavé te mantendrá la alianza y la benevolencia que prometió a tus padres. (Deuteronomio 7, 12)

  • Por eso, guárdate de olvidar a Yavé, tu Dios, descuidando los mandamientos, los preceptos y las normas que yo te prescribo hoy. (Deuteronomio 8, 11)

  • Has de saber que ese mismo día Yavé, tu Dios, te manda cumplir sus normas y sus mandamientos. Tú los guardarás y los pondrás en práctica con todo tu corazón y toda tu alma. (Deuteronomio 26, 16)

  • Pues acabas de decir a Yavé que él será tu Dios y tú seguirás sus caminos, observarás sus normas, sus mandamientos y sus leyes y escucharás su voz. (Deuteronomio 26, 17)


“Para que se preocupar com o caminho pelo qual Jesus quer que você chegue à pátria celeste – pelo deserto ou pelo campo – quando tanto por um como por outro se chegará da mesma forma à beatitude eterna?” São Padre Pio de Pietrelcina