Talált 82 Eredmények: Padán-Aram
Y los hijos de Disán: Hus y Aram. (Génesis 36, 28)
Estos son los hijos que Lía había dado a Jacob en Padán-Aram, además de su hija Dina. El total entre hijos e hijas era de treinta y tres personas. (Génesis 46, 15)
También debes saber que cuando yo regresaba de Padán, tu madre Raquel se me murió en el camino, en el país de Canaán, poco antes de llegar a Efratá, y la enterré allí, (en el camino de Efrat, que es Belén).» (Génesis 48, 7)
Y Balaam proclamó su poema: "De Aram me dice que venga Balac, de los montes del oriente me llama el rey de Moab: "¡Ven y maldíce a Jacob! ¡ven y amenaza a Israel!" (Números 23, 7)
Por esto estalló la ira de Yavé contra Israel y los dejó en manos de Cusan Risataím, rey de Aram, al que estuvieron sometidos durante ocho años. (Jueces 3, 8)
El espíritu de Yavé estuvo sobre él y se puso al frente de Israel. Hizo la guerra y Yavé puso en sus manos a Cusan Risataím, rey de Aram, al que venció. (Jueces 3, 10)
Los israelitas volvieron a portarse mal con Yavé: sirvieron a los Baales y a las Astartés,a los dioses de Aram y de Sidón,a los dioses de Moab, a los de los amonitas y de los filisteos. Abandonaron a Yavé y ya no lo servían. (Jueces 10, 6)
Después de esto, David puso gobernadores en Aram de Da masco, y los arameos quedaron sometidos a David, pagando impuestos. Así Yavé hacía triun far a David en todas partes. (2 Samuel 8, 6)
Aram, Moab, los amoni tas, los filisteos, Amalec, y lo que había quitado a Hadadezer, hijo de Rejob, rey de Sobá. (2 Samuel 8, 12)
pues cuando estaba en Guesur, en Aram, hice este voto: Si Yavé me hace volver a Jerusalén, le ofreceré un sacrificio en Hebrón.» (2 Samuel 15, 8)
Se traía de allá un carro por seiscientas monedas de plata y un caballo por ciento cincuenta. En iguales condiciones se los exportaba para todos los reyes de los heteos y para los reyes de Aram. Los mercaderes de Salomón eran los que hacían todos estos trámites. (1 Reyes 10, 29)
Sacó entonces Asá toda la plata y el oro que quedaban en los tesoros de la Casa de Yavé y en los tesoros de la casa del rey, se lo dio a uno de sus servidores y lo mandó a Ben-Hadad, hijo de Tabrimón, hijo de Hezión, rey de Aram, que habitaba en Damasco, para que le dijera: (1 Reyes 15, 18)