Talált 1042 Eredmények: Padre

  • Está llegando la hora, y ya ha llegado, en que se dispersarán cada uno por su lado y me dejarán solo. Aunque no estoy solo, pues el Padre está conmigo. (Evangelio según San Juan 16, 32)

  • Dicho esto, Jesús elevó los ojos al cielo y exclamó: «Padre, ha llegado la hora: ¡glorifica a tu Hijo para que tu Hijo te dé gloria a ti! (Evangelio según San Juan 17, 1)

  • Ahora, Padre, dame junto a ti la misma Gloria que tenía a tu lado antes que comenzara el mundo. (Evangelio según San Juan 17, 5)

  • Yo ya no estoy más en el mundo, pero ellos se quedan en el mundo, mientras yo vuelvo a ti. Padre Santo, guárdalos en ese Nombre tuyo que a mí me diste, para que sean uno como nosotros. (Evangelio según San Juan 17, 11)

  • Que todos sean uno como tú, Padre, estás en mí y yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. (Evangelio según San Juan 17, 21)

  • Padre, ya que me los has dado, quiero que estén conmigo donde yo estoy y que contemplen la Gloria que tú ya me das, porque me amabas antes que comenzara el mundo. (Evangelio según San Juan 17, 24)

  • Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocía, y éstos a su vez han conocido que tú me has enviado. (Evangelio según San Juan 17, 25)

  • Jesús dijo a Pedro: «Coloca la espada en su lugar. ¿Acaso no voy a beber la copa que el Padre me ha dado?» (Evangelio según San Juan 18, 11)

  • Jesús le dijo: «Suéltame, pues aún no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes.» (Evangelio según San Juan 20, 17)

  • Jesús les volvió a decir: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envío a mí, así los envío yo también.» (Evangelio según San Juan 20, 21)

  • En una ocasión en que estaba reunido con ellos les dijo que no se alejaran de Jerusalén y que esperaran lo que el Padre había prometido. «Ya les hablé al respecto, les dijo: (Hecho de los Apóstoles 1, 4)

  • Les respondió: «No les corresponde a ustedes conocer los plazos y los pasos que solamente el Padre tenía autoridad para decidir. (Hecho de los Apóstoles 1, 7)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina