Talált 128 Eredmények: Vergüenza

  • Y esta es una palabra de Yavé: "Ya que tú me olvidaste y te apartaste de mí, cargarás con el peso de tu vergüenza y de tus prostituciones". (Ezequiel 23, 35)

  • Ahí están Elam y todo su pueblo agrupado alrededor de su tumba. También ellos sembraron el terror por la tierra de los vivos, pero fueron masacrados a espada; estos incircuncisos bajaron a la morada de los muertos, arrastrando su vergüenza hasta donde los que bajan a la tumba. (Ezequiel 32, 24)

  • Ahí están todos los príncipes del norte, y los hombres de Sidón: bajaron con todo su prestigio a pesar de su valentía. Estos incircuncisos están acostados entre las víctimas de la espada, arrastraron su vergüenza hasta donde los que bajan a la tumba. (Ezequiel 32, 30)

  • Sépanlo bien, dice Yavé, que no es por ustedes que hago esto. Tengan vergüenza y sonrójense por su conducta, casa de Israel. (Ezequiel 36, 32)

  • Tú, hijo de hombre, descríbele ahora al pueblo de Israel la Casa, para que sientan vergüenza de sus culpas y les tomen el peso. (Ezequiel 43, 10)

  • Y hoy no podemos abrir la boca, la vergüenza y la humillación han alcanzado a los que te sirven y te adoran (Daniel 3, 33)

  • Queden confundidos los que maltratan a tus siervos, sean cubiertos de vergüenza, privados de todo su poder; (Daniel 3, 44)

  • Señor, para ti la justicia, para nosotros la cara llena de vergüenza, como sucede en este día; a nosotros, a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén, a todo Israel, próximos y lejanos, en todos los países donde tú los dispersaste a causa de las infidelidades que cometieron contra ti. (Daniel 9, 7)

  • Para nosotros, para nuestros reyes, para nuestros príncipes, para nuestros padres, la vergüenza, porque nos hemos sublevado contra Yavé. (Daniel 9, 8)

  • Muchos de los que duermen en la región del polvo se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el horror y la vergüenza eterna. (Daniel 12, 2)

  • porque tenían vergüenza de descubrir el deseo que tenían de pecar con ella (Daniel 13, 11)

  • Dejaré desnuda su vergüenza en presencia de sus amantes, y nadie la salvará de mis manos. (Oseas 2, 12)


“Que Jesus reine sempre soberano no seu coração e o faça cada vez mais digno de seus divinos dons.” São Padre Pio de Pietrelcina