Talált 45 Eredmények: acabó
Joab hizo sonar la trompeta. Todo el pueblo se detuvo y dejó de perseguir a Israel; así acabó el combate. (2 Samuel 2, 28)
Persigo a mis enemigos, acabo con ellos y no vuelvo hasta haberlos acabado. (2 Samuel 22, 38)
A mis enemigos los haces dar la espalda, y acabo con aquellos que me odian. (2 Samuel 22, 41)
Después levantó el altar a Yavé, puso encima los bueyes, los quemó totalmente y ofreció otros sacrificios. Entonces Yavé se compadeció del país y se acabó la peste en Israel. (2 Samuel 24, 25)
Jazael le preguntó: «¿Por qué lloras, mi señor?» Le respondió: «Porque acabo de ver el mal que harás a los hijos de Israel: pasarás a fuego sus fortalezas, matarás a espada a sus jóvenes, aplastarás a sus niños y abrirás el vientre a sus mujeres embarazadas.» (2 Reyes 8, 12)
Jazael le dijo: «¿Quién soy yo, tu siervo, para cumplir tales hazañas?» Eliseo respondió: «Acabo de tener una visión: Yavé hizo que te viera rey de Aram.» (2 Reyes 8, 13)
Joab, hijo de Sarvia, comenzó a hacer el censo, pero no lo acabó porque esto hizo enojar a Yavé, quien descargó su cólera sobre Israel; por esta razón el número de los que fueron contados no fue incluido en el Libro de las Crónicas del rey David. (1 Crónicas 27, 24)
Así acabó la obra que le había encargado el rey Salomón en la Casa de Dios: las dos columnas; las molduras de los capiteles que coronaban las columnas; los dos trenzados para cubrir las dos molduras de los capiteles que estaban sobre las columnas; (2 Crónicas 4, 12)
Cuando Salomón acabó de rezar, bajó fuego del cielo que devoró el holocausto y los sacrificios mientras la Gloria de Yavé llenó la Casa. (2 Crónicas 7, 1)
Salomón acabó la Casa de Yavé y la casa del rey, y llevó a cabo cuanto se había propuesto hacer en la Casa de Yavé y en su propia casa. (2 Crónicas 7, 11)
«Y fíjense, prosiguió, que acabo de asistir a un banquete que la reina Ester nos ofreció al rey y a mí, y que para mañana incluso nos convidó a otra cena. (Ester 5, 12)
Lo derribas, se acabó, se fue, lo desfiguras y lo mandas al diablo. (Job 14, 20)