Talált 197 Eredmények: aceite de la unción

  • Yo mandé la sequía a la tierra y a las montañas, al trigo y a las viñas, al aceite y a cuanto produce el suelo, a los hombres y a los animales y a todo lo que se logra con el trabajo humano.» (Ageo 1, 11)

  • «Si un hombre lleva carne consagrada envuelta en un traje y con éste roza pan, comida, vino, aceite o cualquier otro alimento, ¿quedará también todo esto consagrado?» Ellos respondieron: «No.» (Ageo 2, 12)

  • Me preguntó qué veía yo, y le dije: «Veo un candelabro de oro macizo con su estanque de aceite arriba, y siete lámparas. (Zacarías 4, 2)

  • El me explicó: «Son los dos Ungidos con aceite fresco que están ante el Señor del mundo entero.» (Zacarías 4, 14)

  • Las descuidadas tomaron sus lámparas como estaban, sin llevar más aceite consigo. (Evangelio según San Mateo 25, 3)

  • Las precavidas, en cambio, junto con las lámparas, llevaron sus botellas de aceite. (Evangelio según San Mateo 25, 4)

  • Entonces las descuidadas dijeron a las precavidas: «Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando.» (Evangelio según San Mateo 25, 8)

  • Mientras fueron a comprar el aceite, llegó el novio; las que estaban listas entraron con él a la fiesta de las bodas, y se cerró la puerta. (Evangelio según San Mateo 25, 10)

  • Expulsaban a muchos espíritus malos y sanaban a numerosos enfermos, ungiéndoles con aceite. (Evangelio según San Marcos 6, 13)

  • Tú no me ungiste la cabeza con aceite; ella, en cambio, ha derramado perfume sobre mis pies. (Evangelio según San Lucas 7, 46)

  • Se acercó, curó sus heridas con aceite y vino y se las vendó; después lo montó sobre el animal que él traía, lo condujo a una posada y se encargó de cuidarlo. (Evangelio según San Lucas 10, 34)

  • «¿Cuánto debes a mi patrón?» Le contestó: «Cien barriles de aceite.» Le dijo el administrador: «Toma tu recibo, siéntate y escribe en seguida cincuenta.» (Evangelio según San Lucas 16, 6)


“A maior alegria de um pai é que os filhos se amem, formem um só coração e uma só alma. Não fostes vós que me escolhestes, mas o pai celeste que, na minha primeira missa, me fez ver todos os filhos que me confiava”.(P.e Pio) São Padre Pio de Pietrelcina