Talált 20 Eredmények: arrepentimiento sincero

  • Si un levita llega de otra parte, sea cual fuere la ciudad de Israel donde reside, porque tiene un deseo sincero de estar en el Lugar elegido por Yavé, (Deuteronomio 18, 6)

  • Sí, Señor Yavé, tú eres Dios y eres sincero al hacer esta hermosa promesa a tu servidor. (2 Samuel 7, 28)

  • pues, en su ancianidad, sus mujeres lo llevaron tras otros dioses y ya no fue sincero con Yavé, como lo había sido su padre David. (1 Reyes 11, 4)

  • si eres puro y sincero, él cuidará de ti inmediatamente para ponerte en el lugar que mereces por ser justo. (Job 8, 6)

  • Pues nada de sincero hay en su boca y sólo crímenes hay en su interior. Para halagar tienen buena lengua, mas su garganta se abre para tragar. (Salmos 5, 10)

  • Que dé a todos corazón para adorarlo y cumplir su voluntad con gran generosidad y con ánimo sincero, (2 Macabeos 1, 3)

  • Amen la justicia, ustedes que gobiernan la tierra, tengan para con el Señor los sentimientos que convienen, búsquenlo con un corazón sincero. (Sabiduría 1, 1)

  • Humíllate antes de caer enfermo y si has pecado muestra tu arrepentimiento. (Sirácides (Eclesiástico) 18, 21)

  • Respondió Jeremías: «Si soy sincero, me matarás; y si te doy un consejo, no me escucharás.» (Jeremías 38, 15)

  • Ellos, a su vez, dijeron a Jeremías: «Que Yavé sea un testigo fiel y sincero, que declare contra nosotros si no hacemos exactamente todo lo que Yavé, tu Dios, nos mande a decir por medio de ti. (Jeremías 42, 5)

  • Hasta ahora no han sentido ningún arrepentimiento ni miedo, ni se han portado según la Ley y los mandamientos, que yo había publicado delante de ustedes y de sus padres. (Jeremías 44, 10)

  • Y dijeron a Jesús: «Maestro, sabemos que eres sincero y que no te inquietas por los que te escuchan, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios. Dinos, ¿es contrario a la Ley pagar el impuesto al César? ¿Tenemos que pagarlo o no?» (Evangelio según San Marcos 12, 14)


“Que Jesus reine sempre soberano no seu coração e o faça cada vez mais digno de seus divinos dons.” São Padre Pio de Pietrelcina