Talált 370 Eredmények: bases de plata
Tienes inteligencia, has sabido actuar y te ha llegado la riqueza: el oro y la plata han repletado tus cofres. (Ezequiel 28, 4)
Entonces Cheba, Dedán, los comerciantes de Tarsis y todos los demás te dirán: "¿Así que reuniste tu ejército para hacerte de un botín y recoger los despojos? ¿No quieres oro y plata a cambio de los numerosos rebaños y tesoros que has capturado?" (Ezequiel 38, 13)
La cabeza de esta estatua era de oro puro, el pecho y los brazos de plata, las caderas y el vientre de bronce, (Daniel 2, 32)
Entonces todo a la vez quedó como polvo, el hierro, la loza, el bronce, la plata y el oro, como capotillo de la cosecha, y el viento se lo llevó sin que quedara rastro. (Daniel 2, 35)
Es el significado de la piedra que has visto desprenderse del monte sin ayuda de ninguna mano y que redujo a polvo el hierro, el bronce, la loza, la plata y el oro. El Dios grande te ha revelado lo que ha de venir. ¿No es cierto que éste fue tu sueño? Entonces puedes estar seguro de la explicación.» (Daniel 2, 45)
Animado por el vino, mandó que le trajeran los vasos de oro y plata que su padre, Nabucodonosor, había robado del Templo; es decir, de la Casa de Dios en Jerusalén, para que bebieran en ellos. (Daniel 5, 2)
Tomaron vino y brindaron a sus dioses de oro y de plata, de bronce y de hierro, de madera y de piedra. (Daniel 5, 4)
Tendrá la victoria en sus guerras y se hará dueño de sus mismos dioses, sus estatuas y sus objetos de plata y oro. Este será el botín que se llevará a Egipto; y durante algunos años se quedará lejos del rey del norte (Daniel 11, 8)
En lugar de ellos venerará al dios de las fortalezas; honrará con oro, plata, piedras preciosas y joyas a un dios que sus padres no conocieron. (Daniel 11, 38)
Se apoderará de los tesoros de oro y plata y de todos los objetos preciosos de Egipto. Libios y etíopes se le unirán (Daniel 11, 43)
Ella no veía que era yo el que le daba el trigo, el vino y el aceite y quien le proporcionaba en abundancia la plata y el oro que empleó para fabricar el Baal. (Oseas 2, 10)
Recuperé, pues, a mi esposa, pagando por ella quince monedas de plata y una carga y media de cebada. (Oseas 3, 2)