Talált 47 Eredmények: cananeos
Lo mismo la tribu de Neftalí, al no poder echar a los habitantes de Bet-Semés y de Bet Anat, tuvo que establecerse en medio de los cananeos que habitaban la región; pero éstos tuvieron que pagarles impuestos. (Jueces 1, 33)
pero ustedes no harán alianza con los cananeos, sino que destruirán sus altares." Pues bien, ustedes no han obedecido. (Jueces 2, 2)
Quedaron los cinco príncipes de los filisteos y todos los cananeos, los sidonios y los jeveos del monte Líbano, desde la montaña de Baal-Hermón hasta la entrada de Jamat. (Jueces 3, 3)
Así, los israelitas habitaron en medio de los cananeos, heteos, amorreos, fereceos, jeveos y jebuseos; (Jueces 3, 5)
Allí se refugió Sísara, y llegó corriendo a la tienda de campaña de Yael, esposa de Heber, el quenita; pues había paz entre las tribus quenitas y los cananeos de Yabín, rey de Jasor. (Jueces 4, 17)
alcanzaron la fortaleza de Tiro y todas las ciudades de los jeveos y cananeos y terminaron en el Negueb de Judá, en Bersebá. (2 Samuel 24, 7)
pues Faraón, rey de Egipto, había subido y se había apoderado de Gazer, la incendió y mató a todos los cananeos que habitaban en la ciudad y se la dio en herencia a su hija, la esposa de Salomón. (1 Reyes 9, 16)
Después de terminar todo esto, se me acercaron los jefes diciendo: «El pueblo de Israel, los sacerdotes y levitas no se han separado de las gentes de este país que sirven a los ídolos: los cananeos, heteos, fereceos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos. (Esdras 9, 1)
Sus hijos entraron y se apoderaron del país. Tú, ante ellos, aplastaste a sus habitantes, los cananeos, y los pusiste en sus manos con sus reyes y todos sus habitantes. Hicieron de ellos lo que quisieron. (Nehemías 9, 24)
Incluso con los cananeos, enemigos de tus hijos y dignos de muerte, actuaste con moderación e indulgencia para darles tiempo y oportunidad a que se convirtieran. (Sabiduría 12, 20)
Los desterrados de Israel dominarán lo que pertenecía a los cananeos hasta Sarepta, y los desterrados de Jerusalén que están en Sefarad heredarán las ciudades del Negueb; (Abdías 1, 20)