Talált 52 Eredmények: culto

  • Hubo muchos holocaustos además de las grasas de los sacrificios de comunión y de las libaciones para los holocaustos. Así quedó restablecido el culto de la Casa de Yavé. (2 Crónicas 29, 35)

  • Se apartaron del culto de sus padres y adoraron al Dios del cielo, al Dios que habían reconocido. Por esto, sus padres los despidieron de la presencia de sus dioses y se refugiaron en Mesopotamia, donde permanecieron largo tiempo. (Judit 5, 8)

  • Lo irritaron con sus sitios de culto y con sus ídolos lo pusieron celoso. (Salmos 78, 58)

  • Todas las naciones paganas acataron el decreto del rey y, en Israel mismo, muchos aceptaron este culto. Sacrificaron a los ídolos y ya no respetaron el Sábado. (1 Macabeos 1, 43)

  • Regalo la ciudad de Tolemaida y su territorio al Templo de Jerusalén para cubrir los gastos del culto. (1 Macabeos 10, 39)

  • Remito, además, las cinco mil monedas de plata que cada año se cobraban de los tributos del Templo, y se las doy a los sacerdotes que están a cargo del culto. Todo aquel que por deudas con los impuestos reales o por cualquier otra deuda, (1 Macabeos 10, 42)

  • Pues Dios acaba de salvar a todo su pueblo y de devolver a todos la tierra de su herencia; nos ha permitido recuperar su reino y el Templo, y restablecer el culto que se le da en ese Templo, como nos lo tenía ordenado en su Ley. (2 Macabeos 2, 17)

  • El talento del artista hizo que aumentara ese culto entre los que no conocían al soberano. (Sabiduría 14, 18)

  • El culto a los dioses, que ni siquiera merecen tal nombre, es el comienzo, la causa y el fin de todo mal. (Sabiduría 14, 27)

  • En mi santuario serán los encargados de la vigilancia de las puertas del Templo y mantendrán el servicio de la Casa. Degollarán los animales para el holocausto y el sacrificio por el pueblo, estarán a disposición del pueblo para el culto. (Ezequiel 44, 11)

  • Haré de ellos los guardianes del orden de la Casa, del culto y de todo lo que debe hacerse. (Ezequiel 44, 14)

  • Entrarán a mi santuario y se aproximarán a mi mesa para servirme; tendrán a su cargo mi culto. (Ezequiel 44, 16)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina