Talált 131 Eredmények: decían

  • Mis vecinos se burlaban y decían: «No tiene miedo (pues ya habían querido matarme por algo semejante). Apenas pudo escapar y ya lo hace otra vez.» (Tobías 2, 8)

  • Había tenido siete maridos, pero el mal demonio Asmodeo los había muerto antes de que hubiera tenido relaciones maritales. Las muchachas decían a Sara: «Tú eres la que ahogas a tus maridos. Ya has tenido siete, pero de ninguno has disfrutado. (Tobías 3, 8)

  • Quedaban prendidos de su belleza y, al verla, admiraban a los hijos de Israel y decían: «¿Quién puede despreciar a un pueblo que tiene mujeres tan bellas? Sería un error dejar con vida a un solo hombre, porque los que queden podrían engañar a todo el mundo.» (Judit 10, 19)

  • Y éstos eran los que decían a Dios: «¡Apártate! no queremos conocer tus caminos. (Job 21, 14)

  • Los que decían a Dios: «¡Apártate de nosotros! (Job 22, 17)

  • Decían las gentes de mi casa: ¿Hay alguien que no se haya saciado en su mesa? (Job 31, 31)

  • No te olvides, Señor, de los hijos de Edom que, el día en que cayó Jerusalén, decían: "¡Arrásenla, arrásenla hasta los mismos cimientos!" (Salmos 137, 7)

  • Fue entonces cuando aparecieron en Israel unos rebeldes que lograron convencer a mucha gente. Les decían: «Pactemos con los pueblos que nos rodean, pues, desde que nos separamos de ellos, hemos tenido que soportar muchos percances.» (1 Macabeos 1, 11)

  • «Moriremos -decían-, pero el cielo y la tierra recordarán que fuimos asesinados.» La gente del rey los atacó aquel sábado y murieron todos: (1 Macabeos 2, 37)

  • Pero éstos se refugiaron en la fortaleza de Datema y mandaron cartas a Judas y a sus hermanos en las que decían: «Los paganos que nos rodean se han unido contra nosotros para aplastarnos (1 Macabeos 5, 10)

  • Y decían: «Un hombre de la descendencia de Aarón ha venido con el ejército; sin duda, se portará lealmente con nosotros.» (1 Macabeos 7, 14)

  • Entonces, todos en el pueblo se aterrorizaron. Decían: «Estos hombres no son buenos ni sinceros, pues han violado el pacto que hicieron con juramento.» (1 Macabeos 7, 18)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina