Talált 49 Eredmények: derrota de los amalecitas

  • Cuando, al tercer día, David y sus hombres llegaron a Siquelag, los amalecitas habían pasado por allí recorriendo el país de Negueb. Habían entrado en Siquelag y la habían incendiado, (1 Samuel 30, 1)

  • Recuperaron todo lo que se habían llevado los amalecitas, (1 Samuel 30, 18)

  • Después de la muerte de Saúl, David volvió de su campaña victoriosa contra los amalecitas. Llevaba ya dos días en Siquelag cuando, (2 Samuel 1, 1)

  • Todos estos reyes que seguían a Hadade zer hicieron la paz con los israelitas a conse cuencia de su derrota y quedaron sometidos. Y, en adelante, los arameos no se atrevieron ya más a venir en ayuda de los amonitas. (2 Samuel 10, 19)

  • dijo a todos sus servidores que estaban con él en Jerusalén: «Huyamos luego, porque no podemos resistir a Absalón. Salgamos sin demora, no sea que nos ataque de repente, nos inflija una derrota y pase la ciudad a cuchillo.» (2 Samuel 15, 14)

  • Los de Israel fueron derrotados por los seguidores de David; fue una gran derrota en que murieron veinte mil hombres. (2 Samuel 18, 7)

  • Lanza sus flechas y dispersa a los enemigos, sale un rayo y los derrota. (2 Samuel 22, 15)

  • Entonces salió el rey de Israel con carros y caballerías, causando a los arameos una derrota enorme. (1 Reyes 20, 21)

  • El rey David los consagró también a Yavé con la plata y el oro que había tomado a todas las naciones; a Edom, a Moab, a los hijos de Ammón, a los filisteos y a los amalecitas. (1 Crónicas 18, 11)

  • Abías y su tropa les causaron una gran derrota; cayeron quinientos mil hombres escogidos de Israel. (2 Crónicas 13, 17)

  • Yavé, su Dios, le entregó en manos del rey de los arameos; éstos lo derrotaron, haciéndole gran número de prisioneros, que fueron llevados a Damasco.También él fue entregado en manos del rey de Israel,que le causó una gran derrota. (2 Crónicas 28, 5)

  • Pero si no hay maldad en esa gente, déjalos y vuélvete, no sea que su Dios los proteja con su escudo y toda la tierra sea testigo de nuestra derrota.» (Judit 5, 21)


“Como é belo esperar!” São Padre Pio de Pietrelcina