Talált 1902 Eredmények: don

  • Eso no obstante, Yavé habló con Moisés y Aarón y los mandó donde los hijos de Israel, y también donde Faraón, para sacar a su pueblo del país de Egipto. (Exodo 6, 13)

  • Si tú no lo envías, enviaré yo tábanos contra ti, tus servidores y tu pueblo; e invadirán las habitaciones de los egipcios y todos los lugares donde viven. (Exodo 8, 17)

  • Yavé dijo a Moisés: «Anda donde Faraón y dile: Esto dice Yavé, el Dios de los hebreos: Deja salir a mi pueblo para que me rinda culto. (Exodo 9, 1)

  • Pero no hubo granizada en la tierra de Gosén donde habitaban los israelitas, . (Exodo 9, 26)

  • Yavé dijo a Moisés: «Ve donde Faraón, porque he endurecido su corazón y el de sus ministros con el fin de realizar mis prodigios en medio de ellos. (Exodo 10, 1)

  • Ahora perdónenme mi pecado esta última vez, e intercedan por mí ante Dios para que aparte de nosotros esta plaga.» (Exodo 10, 17)

  • En las casas donde están ustedes la sangre tendrá valor de señal: al ver esta sangre, yo pasaré de largo, y la plaga no los alcanzará mientras golpeo a Egipto. (Exodo 12, 13)

  • Faraón se levantó de noche, y con él toda su gente y todos los egipcios. Se oyó un clamor grande por todo Egipto, pues no había casa donde no hubiera algún muerto. (Exodo 12, 30)

  • Y como Moisés invocara a Yavé, le enseñó cierto madero;Moisés lo echó en las aguas,y se endulzaron. Fue allí donde Yavé dio al pueblo sus decisiones y sus decretos. Allí lo puso a prueba, (Exodo 15, 25)

  • De allí pasaron a Elim, donde había doce manantiales de agua y setenta palmeras. Allí acamparon junto a las aguas. (Exodo 15, 27)

  • Al salir la comunidad de Israel del desierto de Sin, dispusieron sus etapas según Yavé les ordenaba. Acamparon en Refidim donde el pueblo, sediento, no encontró agua. (Exodo 17, 1)

  • Habían salido de Refidim, y llegaban al desierto de Sinaí donde acamparon. Los israelitas establecieron su campamento frente al monte, (Exodo 19, 2)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina