Talált 372 Eredmények: ejército

  • Cuando vayas a la guerra contra tus enemigos y veas caballos, carros y un ejército más numeroso que el tuyo, no les tengas miedo, porque está contigo Yavé, tu Dios, aquel que te sacó de Egipto. (Deuteronomio 20, 1)

  • Y él respondió: «No, yo soy el jefe del ejército de Yavé, y acabo de llegar.» Josué se postró en tierra, lo adoró y dijo: «¿Qué ordena mi Señor a su servidor?» (Josué 5, 14)

  • El jefe del ejército de Yavé le dijo: «Quítate el calzado de tus pies; el lugar que pisas es santo.» Así lo hizo Josué. (Josué 5, 15)

  • «Ustedes darán la vuelta a la ciudad y la vanguardia del ejército precederá el Arca de Yavé.» (Josué 6, 7)

  • Los exploradores le dijeron a su regreso: «No es necesario que se movilice todo el ejército; unos dos o tres mil hombres son suficientes para conquistar la ciudad. Es inútil cansar a todo el pueblo, pues esa gente es poco numerosa.» (Josué 7, 3)

  • Muy de mañana, Josué se levantó y pasó revista a su ejército y luego se marchó al frente del pueblo, acompañado de los jefes. (Josué 8, 10)

  • y él los dejó en poder de Yabín, rey de Canaán. Yabín reinaba en Jasor, y el jefe de su ejército era Sísara, quien vivía en Haroset. (Jueces 4, 2)

  • Barac, pues, bajó del cerro Tabor con sus diez mil hombres y Yavé le concedió que derrotara a Sísara con sus carros y todo su ejército. (Jueces 4, 15)

  • Pero los jefes de Sucot respondieron: «¿Acaso has sujetado las manos de Zebaj y Salmuná? ¿Cómo, pues, daríamos pan a tu ejército?» (Jueces 8, 6)

  • Zebaj y Salmuná estaban en Carcor con su ejército, unos quince mil hombres, todos los que habían quedado de los hijos de Oriente. ¡Los que habían muerto eran ciento veinte mil guerreros! (Jueces 8, 10)

  • El los persiguió, los tomó prisioneros y dispersó a todo su ejército. (Jueces 8, 12)

  • ¡Quién pusiera este pueblo en mis manos! Yo echaría a Abimelec y le diría: Refuerza tu ejército y sal a la lucha.» (Jueces 9, 29)


“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina