Talált 32 Eredmények: entrarán
De cada especie de pájaros, de animales, de cada especie de los que se arrastran por el suelo, entrarán contigo dos para que puedan salvar su vida. (Génesis 6, 20)
Antes de que entraran en Gosén. Jacob mandó delante a Judá para avisar a José de que estaba para llegar a la tierra de Gosen. (Génesis 46, 28)
pero no entrarán, ni por un instante, a ver las cosas sagradas; de lo contrario, morirán.» (Números 4, 20)
no entrarán en la tierra que juré darles. Sólo habrá una excepción para Caleb, hijo de Jefoné y para Josué, hijo de Nun. (Números 14, 30)
Quienes entrarán serán sus nietos, de los que dcían que serían reducidos a la esclavitud; ellos conocerán la tierra que ustedes menospreciaron. (Números 14, 31)
En adelante se presentará ante el sacerdote Eleazar y éste consultará a Yavé por medio del Urim para darle una respuesta. A sus órdenes saldrán y a sus órdenes entrarán todos los hijos de Israel, toda la comunidad.» (Números 27, 21)
En marcha, partan. Ustedes entrarán en el territorio de los amorreos y en los territorios vecinos: la Arabá, la Montaña, la Tierra Baja, el Negueb y la costa del mar, es decir todo el país de Canaán y el Líbano, hasta el gran río Eufrates. (Deuteronomio 1, 7)
Allí entrarán los pequeños de ustedes, de los que dijeron que iban a ser presa de sus enemigos; ellos sí entrarán, pues no conocen todavía el bien y el mal. A ellos se la daré, y ellos la poseerán. (Deuteronomio 1, 39)
«Recorran el campamento impartiendo esta orden: Junten bastante alimento, porque dentro de tres días pasarán el Jordán y entrarán en posesión de la tierra que les dará Yavé, nuestro Dios.» (Josué 1, 11)
Los habitantes de Jericó habían cerrado la ciudad y puesto sus cerrojos para que no entraran los israelitas: nadie entraba ni salía. (Josué 6, 1)
Todo el oro, plata, cobre y hierro están consagrados a Yavé y entrarán en el tesoro de Yavé.» (Josué 6, 19)
Este día, David dijo: «El que quiera atacar a los jebuseos, que suba por el túnel del agua, pues aborrezco a esos cojos y ciegos.» Por eso dice el proverbio: «No entrarán en el Templo ni cojos ni ciegos.» (2 Samuel 5, 8)