Talált 497 Eredmények: espíritu

  • Derramaré agua sobre el suelo sediento y los riachuelos correrán en la tierra seca. Derramaré mi espíritu sobre tu raza y mi bendición cubrirá tus descendientes. (Isaías 44, 3)

  • Acérquense a mí y oigan: desde el principio nunca hablé en secreto y desde que sucedieron estas cosas me tenían aquí. Sepan entonces que el Señor Yavé me ha enviado junto con su Espíritu. (Isaías 48, 16)

  • Pues así habla el Altísimo, que vive en su morada eterna, y cuyo Nombre es santo: «Yo vivo en lo alto y me quedo en mi santidad, pero también estoy con el hombre arrepentido y humillado, para reanimar el espíritu de los humildes y a los de corazón quebrantado. (Isaías 57, 15)

  • No voy a reclamar sin fin ni seguiré más enojado; pues a causa de mí se desmayarían el espíritu y las almas que yo he creado. (Isaías 57, 16)

  • Por lo que a mí me toca, dice Yavé, ésta será la alianza que hago con ellos: Mi espíritu, que ha venido sobre ti, y mis palabras que he puesto en tu boca, no se alejarán de tu boca ni de la boca de tus hijos o de tus nietos, desde ahora en adelante y para siempre, afirma Yavé. (Isaías 59, 21)

  • ¡El Espíritu del Señor Yavé está sobre mí! sepan que Yavé me ha ungido. Me ha enviado con un buen mensaje para los humildes, para sanar los corazones heridos, para anunciar a los desterrados su liberación, y a los presos su vuelta a la luz. (Isaías 61, 1)

  • Pero ellos lo desobedecieron, y como causaban pena a su Espíritu Santo, se convirtió en su enemigo y él mismo les hizo la guerra. (Isaías 63, 10)

  • Entonces se acordaron de los tiempos pasados, de los días de Moisés: ¿Dónde está aquel que salvó de la mar al pastor de su rebaño y que puso dentro de ellos su Espíritu Santo, (Isaías 63, 11)

  • como un buey que baja a la llanura? El Espíritu de Yavé los llevaba a descansar. Así fuiste guiando a tu pueblo, y con esto te hiciste famoso. (Isaías 63, 14)

  • Señor todopoderoso, Dios de Israel, un alma angustiada, un espíritu turbado es quien te clama. (Baruc 3, 1)

  • Y a pesar de que no hay en ellos espíritu alguno, fueron comprados a gran precio. (Baruc 6, 24)

  • Cada uno de ellos iba derecho siguiendo una de sus caras, iban hacia donde el espíritu los empujaba y al caminar no se daban vuelta. (Ezequiel 1, 12)


“É preciso amar, amar e nada mais”. São Padre Pio de Pietrelcina