Talált 147 Eredmények: historia de isaac

  • No nos retires tu misericordia, por Abraham, tu amigo, por Isaac, tu siervo, por Israel, tu santo, (Daniel 3, 35)

  • Y cuando los ancianos contaron su historia, los sirvientes se sintieron muy avergonzados, porque jamás se había dicho de Susana cosa semejante (Daniel 13, 27)

  • los altos lugares sagrados de Isaac serán demolidos; los santuarios de Israel, destruidos, y yo me lanzaré, espada en mano, contra la familia de Jeroboam.» (Amós 7, 9)

  • Pues bien, escucha, tú que dices: ¡Basta de profecías contra Israel; deja de insultar a la raza de Isaac! (Amós 7, 16)

  • Abrahán fue padre de Isaac, y éste de Jacob. Jacob fue padre de Judá y de sus hermanos. (Evangelio según San Mateo 1, 2)

  • Yo se lo digo: vendrán muchos del oriente y del occidente para sentarse a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el Reino de los Cielos, (Evangelio según San Mateo 8, 11)

  • Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Él no es un Dios de muertos, sino de vivos.» (Evangelio según San Mateo 22, 32)

  • Como Jesús después se sentara en el monte de los Olivos, los discípulos se acercaron y le preguntaron en privado: «Dinos cuándo ocurrirá todo eso. ¿Qué señales anunciarán tu venida y el fin de la historia?» (Evangelio según San Mateo 24, 3)

  • y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia.» (Evangelio según San Mateo 28, 20)

  • Y en cuanto a saber si los muertos resucitan, ¿no han leído en el libro de Moisés, en el capítulo de la zarza, cómo Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? (Evangelio según San Marcos 12, 26)

  • hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abraham, hijo de Tara, hijo de Najor, (Evangelio según San Lucas 3, 34)

  • Habrá llanto y rechinar de dientes cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes, en cambio, sean echados fuera. (Evangelio según San Lucas 13, 28)


“Feliz a alma que atinge o nível de perfeição que Deus deseja!” São Padre Pio de Pietrelcina