Talált 28 Eredmények: importa

  • Por eso, Yavé les habla en estos términos: ¡Si entiendes, bueno, si no sabes, no importa!», para que al caminar se caigan de espaldas y se quiebren un hueso, y caigan en la trampa y queden atrapados. (Isaías 28, 13)

  • A ver ustedes que andan con sed, ¡vengan a las aguas! No importa que estén sin plata, vengan; pidan trigo sin dinero, y coman, pidan vino y leche, sin pagar. (Isaías 55, 1)

  • No importa, volvamos a atacar de noche y destruyamos sus fuertes. (Jeremías 6, 5)

  • ¿Qué me importa a mí el incienso importado de Saba y la canela fina que viene de un país lejano? Ya no me gustan los holocaustos que ustedes hacen, y sus sacrificios me caen mal. (Jeremías 6, 20)

  • No importa, ya viene el día -dice Yavéen que castigaré a sus ídolos, y en toda su tierra se quejarán los heridos. (Jeremías 51, 52)

  • Les dijo: «He pecado: he entregado a la muerte a un inocente.» Ellos le contestaron: «¿Qué nos importa eso a nosotros? Es asunto tuyo.» (Evangelio según San Mateo 27, 4)

  • Mientras tanto Jesús dormía en la popa sobre un cojín. Lo despertaron diciendo: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?» (Evangelio según San Marcos 4, 38)

  • Mientras tanto Marta estaba absorbida por los muchos quehaceres de la casa. A cierto punto Marta se acercó a Jesús y le dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para atender? Dile que me ayude.» (Evangelio según San Lucas 10, 40)

  • Durante bastante tiempo el juez no le hizo caso, pero al final pensó: Es cierto que no temo a Dios y no me importa la gente, (Evangelio según San Lucas 18, 4)

  • Jesús le contestó: «Si yo quiero que permanezca hasta mi vuelta, ¿a ti qué te importa? Tú sígueme.» (Evangelio según San Juan 21, 22)

  • Por esta razón corrió entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no iba a morir. Pero Jesús no dijo que no iba a morir, sino simplemente: «Si yo quiero que permanezca hasta mi vuelta, ¿a ti qué te importa?» (Evangelio según San Juan 21, 23)

  • Pero a mí no me importa lo más mínimo cómo me juzgan ustedes o cualquier autoridad humana. Y tampoco quiero juzgarme a mí mismo. (1º Carta a los Corintios 4, 3)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina