Talált 336 Eredmények: justicia divina

  • Yo, al contrario, estoy lleno del espíritu de Yavé. El me da celo por la justicia, me llena de fuerza y de ánimo para denunciar a Jacob su pecado, para descubrir las faltas de Israel. (Miqueas 3, 8)

  • Escuchen esto, gobernantes del pueblo de Jacob, ustedes que son los señores de Israel, ustedes que desprecian la justicia y que tuercen mañosamente la ley: (Miqueas 3, 9)

  • Luego me haré justicia, con indignación y furor, de las naciones que no me obedecieron. (Miqueas 5, 14)

  • Ya se te ha dicho, hombre, lo que es bueno y lo que el Señor te exige: tan sólo que practiques la justicia, que seas amigo de la bondad y te portes humildemente con tu Dios. (Miqueas 6, 8)

  • Por ahora debo soportar la cólera de Yavé, pues me rebelé contra él, mientras examina mi causa y me hace justicia; entonces me hará salir a la luz y yo veré su fidelidad. (Miqueas 7, 9)

  • Por eso la Ley está sin fuerza y no se hace justicia. Como los malvados mandan a los buenos, no se ve más que derecho torcido. (Habacuc 1, 4)

  • Mi Dios, mi Santo ¿no eres tú el Yavé de antes que no puede morir? ¿Has hecho de este pueblo, oh Yavé, el instrumento de tu justicia? ¿Acaso lo has escogido, Roca mía, para corregirnos? (Habacuc 1, 12)

  • Busquen a Yavé todos ustedes, los humildes del país, que cumplen sus mandatos, practiquen la justicia y sean humildes y así, tal vez, encontrarán refugio el día del furor de Yavé. (Sofonías 2, 3)

  • El levita enseñaba la verdadera doctrina y nada perverso salía de sus labios; me servía, traía paz y justicia y apartaba a muchos del mal. (Malaquías 2, 6)

  • Ustedes aburren a Yavé con sus discursos y todavía dicen: «¿En qué le hemos molestado?» Ustedes lo molestan cuando afirman que Yavé mira complacido a cuantos actúan mal, ya que les va bien en todo, o cuando se preguntan: «¿Dónde estará el Dios que hace justicia?» (Malaquías 2, 17)

  • Cuando venga a ustedes para hacer justicia, exigiré un castigo inmediato para los hechiceros y los adúlteros, para los que hacen falsos juramentos, para los que abusan del asalariado, de la viuda y del huérfano, para los que no respetan los derechos del extranjero. (Malaquías 3, 5)

  • Pero, en cambio, para ustedes que respetan mi Nombre, brillará el sol de justicia, que traerá en sus rayos la salud; ustedes saldrán saltando como terneros cebados. (Malaquías 3, 20)


“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina