Talált 58 Eredmények: maldición

  • ¡Malditas sean las ciudades en que tus hijos fueron esclavos! Maldición a la ciudad que los cautivó (Baruc 4, 32)

  • No envían maldición ni bendición a los reyes; (Baruc 6, 65)

  • Todo Israel ha quebrantado tu ley y se apartó de ella en vez de escuchar tu voz. Por eso, sobre nosotros ha caído la maldición y las amenazas escritas en la Ley de Moisés, siervo de Dios, porque pecamos contra él. (Daniel 9, 11)

  • «Allí va escrita la Maldición que se extenderá por toda esta región. Según ella todos los ladrones serán echados fuera de aquí y lo mismo les ocurrirá a todos los que juran en falso. Por ahora, dice Yavé, la dejo salir de mi boca para que entre en la casa del ladrón y en la del que jura, se instale en esa casa y la demuela con sus paredes y techo.» (Zacarías 5, 4)

  • Ya no habrá peligro ni maldición para Jerusalén; sus habitantes vivirán tranquilos en adelante. (Zacarías 14, 11)

  • Si no la escuchan ni se preocupan de glorificar mi nombre, dice Yavé de los Ejércitos, les lanzaré la maldición y maldeciré también sus bendiciones. (Malaquías 2, 2)

  • Por el contrario, pesa una maldición sobre todos los que se van a las observancias, pues está escrito: Maldito el que no cumple siempre todo lo que está escrito en la Ley. (Carta a los Gálatas 3, 10)

  • Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición de la Ley, al hacerse maldición por nosotros, como dice la Escritura: Maldito todo el que está colgado de un madero. (Carta a los Gálatas 3, 13)

  • De la misma boca salen la bendición y la maldición. (Carta de Santiago 3, 10)

  • No habrá ya maldición alguna; el trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad, y sus servidores le rendirán culto. (Apocalipsis 22, 3)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina