Talált 539 Eredmények: maná del cielo

  • El cielo es mi trono y la tierra el apoyo de mis pies. ¿Qué casa me podrían edificar?, dice el Señor. ¿Cuál sería el lugar de mi descanso? (Hecho de los Apóstoles 7, 49)

  • Pero él, lleno del Espíritu Santo, fijó sus ojos en el cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús a su derecha, (Hecho de los Apóstoles 7, 55)

  • Mientras iba de camino, ya cerca de Damasco, le envolvió de repente una luz que venía del cielo. (Hecho de los Apóstoles 9, 3)

  • Vio el cielo abierto y algo que descendía del cielo: era como una tienda de campaña grande, cuyas cuatro puntas venían a posarse sobre el suelo. (Hecho de los Apóstoles 10, 11)

  • Esto se repitió por tres veces. Después aquella cosa grande fue levantada hacia el cielo. (Hecho de los Apóstoles 10, 16)

  • «Estaba yo haciendo oración en la ciudad de Jope cuando en un éxtasis tuve una visión. Algo bajaba del cielo, algo que se parecía a una gran tienda de campaña, y llegaba hasta mí, posándose en el suelo sobre sus cuatro puntas. (Hecho de los Apóstoles 11, 5)

  • Esto se repitió por tres veces y después fue retirado todo al cielo. (Hecho de los Apóstoles 11, 10)

  • «Amigos, ¿qué hacen? Nosotros somos humanos y mortales como ustedes, y acabamos de decirles que deben abandonar estas cosas que no sirven y volverse al Dios vivo que hizo el cielo, la tierra, el mar y cuanto hay en ellos. (Hecho de los Apóstoles 14, 15)

  • pero no por eso dejó de manifestarse, pues continuamente derrama sus beneficios. El es quien desde el cielo les da las lluvias, y los frutos a su tiempo, dando el alimento y llenando los corazones de alegría.» (Hecho de los Apóstoles 14, 17)

  • El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él no vive en santuarios fabricados por humanos, pues es Señor del Cielo y de la tierra, (Hecho de los Apóstoles 17, 24)

  • Al fin el secretario de la ciudad logró calmar a la multitud y dijo: «Ciudadanos de Efeso, ¿quién no sabe que la ciudad de Éfeso guarda el templo de la gran Artemisa y su imagen caída del cielo? (Hecho de los Apóstoles 19, 35)

  • Iba de camino, y ya estaba cerca de Damasco, cuando a eso del mediodía se produjo un relámpago y me envolvió de repente una luz muy brillante que venía del cielo. (Hecho de los Apóstoles 22, 6)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina