Talált 611 Eredmények: mano

  • Pues bien, por eso, levanto mi mano en contra tuya; te convertirás en pasto de las naciones, haré que desaparezcas de entre los pueblos y ya no serás más un país. Entonces sabrás que yo soy Yavé. (Ezequiel 25, 7)

  • Esto dice Yavé: Levantaré mi mano en contra de Edom y acabaré con hombres y animales; lo convertiré en un desierto: Desde Temán a Dedán caerán por la espada. (Ezequiel 25, 13)

  • Pues bien, esto dice Yavé: Me preparo para levantar mi mano en contra de los filisteos. Eliminaré a los quereteos y destruiré lo que queda de los habitantes de la costa. (Ezequiel 25, 16)

  • Por eso, esto dice Yavé: Me dirigiré en contra del Faraón, rey de Egipto, le romperé el brazo y haré que se le caiga la espada de la mano. (Ezequiel 30, 22)

  • Fortaleceré los brazos del rey de Babilonia y pondré en su mano la espada; asolará a Egipto y se marchará con el botín. (Ezequiel 30, 24)

  • Fortaleceré los brazos del rey de Babilonia, mientras que el Faraón tendrá que bajar los suyos. Sabrán que yo soy Yavé cuando ponga mi espada en la mano del rey de Babilonia y la alce contra Egipto. (Ezequiel 30, 25)

  • Están todos acostados con los héroes antiguos, porque estos hombres bajaron a la morada de los muertos con las armas en la mano. Pusieron sus espadas sobre sus cabezas y sus escudos sobre sus huesos, porque su valentía los hacía temibles en la tierra de los vivos. (Ezequiel 32, 27)

  • Ahora bien, la mano de Yavé había estado sobre mí desde la tarde antes que llegara el fugitivo, y a la mañana siguiente, cuando llegó a mi casa el hombre, Yavé me abrió la boca: ¡ya no estaba mudo! (Ezequiel 33, 22)

  • de parte de Yavé: Aquí estoy para extender mi mano sobre ti, montaña de Seir, te convertiré en ruinas y en desierto. (Ezequiel 35, 3)

  • yo a mi vez levanto mi mano para jurar que las naciones que los rodean serán humilladas. (Ezequiel 36, 7)

  • La mano de Yavé se posó sobre mí. Yavé me hizo salir por medio de su espíritu. Me depositó en medio de un valle, que estaba lleno de huesos humanos. (Ezequiel 37, 1)

  • Luego juntarás los dos para que formen en tu mano una sola pieza. (Ezequiel 37, 17)


“Façamos o bem, enquanto temos tempo à nossa disposição. Assim, daremos glória ao nosso Pai celeste, santificaremos nós mesmos e daremos bom exemplo aos outros.” São Padre Pio de Pietrelcina