Talált 1689 Eredmények: nueva tierra

  • Saca también contigo a todos los seres vivientes que tienes dentro de todas las especies: aves, animales, bestias y reptiles que se arrastran por el suelo. Que pululen, llenen la tierra y se multipliquen.» (Génesis 8, 17)

  • Todos los animales salvajes y domésticos, todas las aves y todos los reptiles que se arrastran sobre la tierra, salieron por familias del arca. (Génesis 8, 19)

  • Al aspirar el agradable aroma, Yavé decidió: «Nunca más maldeciré la tierra por causa del hombre, pues veo que sus pensamientos están inclinados al mal ya desde la infancia. Nunca más volveré a castigar a todo ser viviente como acabo de hacerlo. (Génesis 8, 21)

  • Mientras dure la tierra, habrá siembra y cosecha, pues nunca cesarán ni el frío ni el calor, ni el verano ni el invierno ni los días ni las noches.» (Génesis 8, 22)

  • Bendijo Dios a Noé y a sus hijos y les dijo: «Crezcan, multiplíquense y pueblen la tierra. (Génesis 9, 1)

  • Teman y tiemblen ante ustedes todos los animales de la tierra y todas las aves del cielo. Pongo a su disposición cuanto se mueve sobre la tierra y todos los peces del mar. (Génesis 9, 2)

  • En cuanto a ustedes, tengan hijos y multiplíquense, dispérsense sobre la tierra y domínenla.» (Génesis 9, 7)

  • y también con todos los seres vivientes que están con ustedes: aves, animales domésticos, y fieras salvajes, en una palabra, con todas las bestias de la tierra que han salido del arca. (Génesis 9, 10)

  • El compromiso que contraigo con ustedes es que, en adelante, ningún ser viviente morirá por las aguas de un diluvio, ni habrá nunca más diluvio que destruya la tierra.» (Génesis 9, 11)

  • Pongo mi arco en las nubes para que sea una señal de mi alianza con toda la tierra. (Génesis 9, 13)

  • Cuando yo cubra de nubes la tierra y aparezca el arco en las nubes, (Génesis 9, 14)

  • Esos tres son los hijos de Noé, y de éstos se pobló toda la tierra. (Génesis 9, 19)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina