Talált 287 Eredmények: nuevo comienzo

  • Con la misma arcilla elabora la estatua de un dios falso: ¡cuánto trabajo perdido por un hombre justamente salido de la tierra y que dentro de poco volverá a ella cuando le pidan de nuevo su alma! (Sabiduría 15, 8)

  • El hombre, en su maldad, es capaz de quitar la vida, pero no puede hacer que vuelva el aliento cuando se ha escapado, ni puede llamar de nuevo al alma que ha partido. (Sabiduría 16, 14)

  • El temor del Señor es el comienzo de la sabiduría; puso la sabiduría en el corazón de sus fieles desde antes de su nacimiento. (Sirácides (Eclesiástico) 1, 14)

  • Si has encontrado un nuevo amigo, comienza por ponerlo a prueba, no le otorgues demasiado pronto tu confianza. (Sirácides (Eclesiástico) 6, 7)

  • No abandones a un viejo amigo: el nuevo no se le equiparará. Nuevo amigo, vino nuevo; déjalos que envejezcan y los tomarás con gusto. (Sirácides (Eclesiástico) 9, 10)

  • El comienzo de la soberbia en el hombre es apartarse del Señor y no tomar más en cuenta a su Creador. (Sirácides (Eclesiástico) 10, 12)

  • El pecado es el comienzo del orgullo; al perseverar en el pecado se abren de par en par las puertas a la soberbia impía. Por eso el Señor envió a los pecadores siniestros castigos; al último los aniquiló. (Sirácides (Eclesiástico) 10, 13)

  • Instruir a un tonto es como pegar de nuevo un cántaro roto o despertar a un hombre muerto de sueño. (Sirácides (Eclesiástico) 22, 9)

  • Si uno se baña después de haber tocado a un muerto, y lo toca de nuevo, ¿de qué le sirve la purificación? Es lo que pasa con el que ayuna por sus pecados y luego vuelve a cometerlos: ¿quién escuchará su oración? ¿De qué le sirvió su penitencia? (Sirácides (Eclesiástico) 34, 25)

  • Reúne a todas las tribus de Jacob y entrégales como al comienzo su heredad. (Sirácides (Eclesiástico) 36, 10)

  • Demostrarán muy poca instrucción, no son expertos en derecho, y no figuran entre los que interpretan las máximas. Por cierto que valorizan todo lo que Dios creó en un comienzo, pero su oración no va más allá de las cosas de su oficio. (Sirácides (Eclesiástico) 38, 34)

  • Su mirada se extiende desde el comienzo al fin de los tiempos, y nada puede sorprenderle. (Sirácides (Eclesiástico) 39, 20)


“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina