Talált 127 Eredmények: ordenado
«Levántate, anda a Sarepta, pueblo que pertenece a los sidonios, y permanece allí, porque he ordenado a una viuda que te dé comida.» (1 Reyes 17, 9)
Los ancianos y dirigentes de la ciudad donde vivía Nabot hicieron lo que Jezabel había ordenado en las cartas que les había escrito. (1 Reyes 21, 11)
Ahora bien, el rey de Aram había ordenado a los jefes de los carros: «No ataquen a ninguno, chico o grande, sino sólo al rey de Israel.» (1 Reyes 22, 31)
Sus servidores se acercaron a él cuando se iba, y le dijeron: «Padre, si el profeta te hubiera mandado hacer una cosa difícil, ¿no la habrías hecho? Y ¡qué fácil es bañarte, como el profeta te ha ordenado!» (2 Reyes 5, 13)
Ellos mismos proclamaron la santa solemnidad que Jehú había ordenado. (2 Reyes 10, 20)
El sacerdote Urías hizo tal como el rey le había ordenado. (2 Reyes 16, 16)
Esto les sucedió porque no escucharon la voz de Yavé, su Dios, y rompieron la Alianza, lo que Moisés, siervo de Yavé, había ordenado, y no lo escucharon ni lo practicaron. (2 Reyes 18, 12)
Luego los levitas trasladaron a hombros el Arca de Yavé, como lo había ordenado Moisés, según la palabra de Yavé, llevando las varas sobre los hombros. (1 Crónicas 15, 15)
los ofrecía según el rito de cada día, conforme a lo ordenado por Moisés; lo mismo en los sábados, las lunas nuevas y las solemnidades, tres veces al año; en la fiesta de los Azimos, en la fiesta de las Semanas y en la fiesta de las Tiendas. (2 Crónicas 8, 13)
Ahora bien, el rey de Aram había ordenado a los jefes de sus carros de guerra: «No ataquen a nadie, ni a los grandes ni a los chicos, tan sólo al rey de Israel.» (2 Crónicas 18, 30)
Los sacerdotes los sacrificaron y ofrecieron la sangre en sacrificio por el pecado junto al altar como expiación por todo Israel; porque el rey había ordenado que el holocausto y el sacrificio por el pecado fuese por todo Israel. (2 Crónicas 29, 24)
Hemos preguntado a los ancianos y les hemos hablado así: ¿Quién les ha ordenado edificar esta Casa y terminar este Santuario? (Esdras 5, 9)