Talált 25 Eredmények: oyen
¡Ay!, por la bajada de Joronayim se oyen gritos desgarradores: (Jeremías 48, 5)
"Hijo de hombre, tú vives en medio de rebeldes, que tienen ojos para ver pero no ven, oídos para oír y no oyen. Realmente son una banda de rebeldes. (Ezequiel 12, 2)
Más aún, te has levantado contra el Señor del Cielo, has mandado traer los vasos de su Templo, y con tus invitados has bebido vino en ellos. Has brindado a todos tus dioses de metal y de madera y de piedra, que no ven, ni oyen, ni entienden, pero no has glorificado al Dios de quien dependen tu vida y tu porvenir. (Daniel 5, 23)
¡No hay remedio para tu herida, tu llaga es incurable! Todos los que oyen aplauden por tu ruina; pues, ¿sobre quién no pesó constantemente tu crueldad? (Nahún 3, 19)
los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y una Buena Nueva llega a los pobres. (Evangelio según San Mateo 11, 5)
Por eso les hablo en parábolas, porque miran, y no ven; oyen, pero no escuchan ni entienden. (Evangelio según San Mateo 13, 13)
¡Dichosos los ojos de ustedes, que ven!; ¡dichosos los oídos de ustedes, que oyen! (Evangelio según San Mateo 13, 16)
Y se verifican estas palabras: Por mucho que miran, no ven; por más que oyen no entienden; de otro modo se convertirían y recibirían el perdón.» (Evangelio según San Marcos 4, 12)
teniendo ojos no ven y teniendo oídos no oyen? ¿No recuerdan (Evangelio según San Marcos 8, 18)
Contestó, pues, a los mensajeros: «Vuelvan y cuéntenle a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos se despiertan, y una buena nueva llega a los pobres. (Evangelio según San Lucas 7, 22)
Porque yo les digo, que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven, y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron.» (Evangelio según San Lucas 10, 24)
No se asusten si oyen hablar de guerras y disturbios, porque estas cosas tienen que ocurrir primero, pero el fin no llegará tan de inmediato.» (Evangelio según San Lucas 21, 9)