Talált 42 Eredmények: pensamientos

  • Yavé vio que la maldad del hombre en la tierra era grande y que todos sus pensamientos tendían siempre al mal. (Génesis 6, 5)

  • Al aspirar el agradable aroma, Yavé decidió: «Nunca más maldeciré la tierra por causa del hombre, pues veo que sus pensamientos están inclinados al mal ya desde la infancia. Nunca más volveré a castigar a todo ser viviente como acabo de hacerlo. (Génesis 8, 21)

  • Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón entero y con ánimo cariñoso, porque Yavé sondea a todos los corazones y penetra los pensamientos en todas sus formas. Si lo buscas, se dejará encontrar, pero si lo dejas, él te arrojará para siempre. (1 Crónicas 28, 9)

  • Oh, Yavé, Dios de nuestros padres Abraham, Isaac e Israel, conserva perpetuamente estos pensamientos en el corazón de tu pueblo, y dirige tú su corazón hacia ti. (1 Crónicas 29, 18)

  • Ustedes nunca llegarán a conocer todo lo que siente una persona, no podrán apoderarse de sus pensamientos. Entonces, ¿cómo van a comprender a Dios que hizo todas las cosas? No, hermanos, no provoquen la cólera del Señor, Dios nuestro. (Judit 8, 14)

  • Al oír una lección que me ofende, mis pensamientos me inspiran una respuesta. (Job 20, 3)

  • Miren que les enseño el proceder de Dios y no les oculto sus pensamientos. (Job 27, 11)

  • "¡Cuán grandes son tus obras, oh Señor, y cuán profundos son tus pensamientos!" (Salmos 92, 6)

  • ¡Tus pensamientos, Dios, cuanto me superan, qué impresionante es su conjunto! (Salmos 139, 17)

  • Oigan pues mis advertencias, en este momento en que abro mi corazón y les doy a conocer mis pensamientos. (Proverbios 1, 23)

  • El justo habla: es plata fina; los pensamientos del malvado: nada valen. (Proverbios 10, 20)

  • El hijo que no hace más caso de los que lo reprenden, sólo puede rumiar malos pensamientos. (Proverbios 19, 27)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina