Talált 356 Eredmények: plata

  • El rey David los consagró también a Yavé junto con la plata y con el oro que ya ha bía consagrado procedente de las naciones que él había sometido: (2 Samuel 8, 11)

  • Joab le dijo al que le traía la noticia: «Ya que lo viste así, ¿por qué no lo mataste? Te habría recompensado con diez monedas de plata y un cinturón.» (2 Samuel 18, 11)

  • El hombre respondió: «No mataría al hijo del rey ni aunque me hubieras puesto en las manos mil monedas de plata, pues estábamos presentes cuando el rey les ordenó a ustedes que por amor a él no mataran a Absalón. (2 Samuel 18, 12)

  • Los gabaonitas respondieron: «No tenemos queja contra Saúl y su familia por asunto de oro o de plata; tampoco queremos que muera nadie de Israel.» David insistió: «Haré por ustedes lo que me digan.» (2 Samuel 21, 4)

  • Pero yo no voy a ofrecer a Yavé algo que no me cueste nada. Por eso, te lo quiero comprar todo.» Y le pagó cincuenta siclos de plata por la era y los bueyes. (2 Samuel 24, 24)

  • Así fue concluida toda la obra que hizo el rey Salomón para la Casa de Yavé. Salomón hizo traer todo lo consagrado por David, su padre, la plata, el oro y todos los otros objetos, y los puso en los tesoros de la Casa de Yavé. (1 Reyes 7, 51)

  • Todas las copas y vasos del rey Salomón eran de oro fino, como también toda la vajilla del palacio «Bosque del Líbano». Nada de plata, pues no se estimaba en nada en tiempo del rey Salomón, (1 Reyes 10, 21)

  • porque el rey tenía una flota de barcos de Tarsis en el mar, con la flota de Hiram, y cada tres años venían de allá trayendo oro, plata, marfil, monos y pavos reales. (1 Reyes 10, 22)

  • Año tras año cada uno le traía regalos: objetos de plata y oro, vestidos, armas, perfumes, caballos y mulos. (1 Reyes 10, 25)

  • Salomón hizo que la plata fuera tan abundante en Jerusalén como las piedras, y los cedros tan numerosos como los sicómoros en la llanura. (1 Reyes 10, 27)

  • Se traía de allá un carro por seiscientas monedas de plata y un caballo por ciento cincuenta. En iguales condiciones se los exportaba para todos los reyes de los heteos y para los reyes de Aram. Los mercaderes de Salomón eran los que hacían todos estos trámites. (1 Reyes 10, 29)

  • Llevó a la Casa de Yavé las ofrendas consagradas por su padre y sus propias ofrendas: oro, plata, alhajas y otros objetos. (1 Reyes 15, 15)


“Reze, reze! Quem muito reza se salva e salva os outros. E qual oração pode ser mais bela e mais aceita a Nossa Senhora do que o Rosario?” São Padre Pio de Pietrelcina