Talált 356 Eredmények: poder

  • Jesús contestó: «Ustedes andan muy equivocados. Ustedes no entienden ni las Escrituras ni el poder de Dios. (Evangelio según San Mateo 22, 29)

  • Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre. Mientras todas las razas de la tierra se golpearán el pecho, verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con el poder divino y la plenitud de la gloria. (Evangelio según San Mateo 24, 30)

  • Juan proclamaba este mensaje: «Detrás de mí viene uno con más poder que yo. Yo no soy digno de desatar la correa de sus sandalias, aunque fuera arrodillándome ante él.» (Evangelio según San Marcos 1, 7)

  • Entró en aquella sinagoga un hombre que estaba en poder de un espíritu malo, y se puso a gritar: (Evangelio según San Marcos 1, 23)

  • Pues ahora ustedes sabrán que el Hijo del Hombre tiene en la tierra poder para perdonar pecados.» (Evangelio según San Marcos 2, 10)

  • dándoles poder para echar demonios. (Evangelio según San Marcos 3, 15)

  • Se acercaron Jesús y vieron al hombre endemoniado, el que había estado en poder de la Multitud, sentado, vestido y en su sano juicio. Todos se asustaron. (Evangelio según San Marcos 5, 15)

  • Pero Jesús se dio cuenta de que un poder había salido de él, y dándose vuelta en medio del gentío, preguntó: «¿Quién me ha tocado la ropa?» (Evangelio según San Marcos 5, 30)

  • Llamó a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus malos. (Evangelio según San Marcos 6, 7)

  • Una mujer, cuya hija estaba en poder de un espíritu malo, se enteró de su venida y fue en seguida a arrodillarse a sus pies. (Evangelio según San Marcos 7, 25)

  • Jesús les dijo: «En verdad se lo digo: algunos de los que están aquí presentes no conocerán la muerte sin que ya hayan visto el Reino de Dios viniendo con poder.» (Evangelio según San Marcos 9, 1)

  • Jesús les contestó: «Ustedes están equivocados; a lo mejor no entienden la Escritura, y tampoco el poder de Dios. (Evangelio según San Marcos 12, 24)


“O mal não se vence com o mal, mas com o bem, que tem em si uma força sobrenatural.” São Padre Pio de Pietrelcina